Sin duda el año que hemos cerrado nos deja un hito que tiene unas consecuencias más allá de la satisfacción y el orgullo de haber logrado alcanzar los 1.000 hoteles de crecimiento neto en Dingus. El proyecto del Grupo HITT, materializado en el auge y consolidación de la marca Dingus, constata la realidad de que la industria turística apuesta por la integración de la tecnología en su cadena de valor.

Con más de 3.100.000 reservas procesadas, la consolidación de una amplia oferta de canales de venta en constante crecimiento del 90% respecto al 2015, así como un proceso de implantación internacional que avanza con paso firme, estamos en un momento donde debemos dar el salto definitivo desde “empresa buena” a “buena empresa”.

La respuesta del Grupo HITT en general y de Dingus en particular es la apuesta por la calidad: parafraseando a Henry Ford “Calidad es hacer lo correcto, incluso cuando nadie mira”. Además, el binomio tecnología-servicio plantea retos añadidos a las de por sí complejas políticas de calidad, que necesitan de planes de convergencia entre objetivos sectoriales y de comunicación muy complejos… y de largo recorrido. La percepción del concepto “calidad” sigue siendo dispar entre el mundo turístico y el tecnológico.

Con crecimientos sostenidos del 44% en reservas gestionadas desde 2013, la confianza en la marca depositada por nuestros clientes es un hecho más que evidente. Pero más allá de la satisfacción que implica como empresa, representa retos constantes en cuanto a servicio, vigilancia y formación, directamente proporcionales a los volúmenes de facturación a través de nuestros productos – y que para el 2016 asciende a 2,2 millardos de unidades monetarias –  con crecimientos medios del 65% anual a venta gestionada desde el 2013.

La responsabilidad-empresa, precisamente, es el elemento clave donde pivotan los planes estratégicos que se han venido aplicando a nivel de marca en los últimos 4 años. Responsabilidad entendida desde todos sus ángulos: con los clientes, el mercado, los trabajadores y la sociedad. Todos estos factores determinan nuestra lucha continua por la competitividad-empresa. Ello nos lleva inexorablemente a formar parte del ecosistema de la “economía digital”, en un horizonte límite 2020. Es el gran reto y la mejor garantía de seguir siendo innovadores, rentables y eficaces para ese ecosistema socio-económico al que pertenecemos.

Tanto el sector tecnológico como el turístico necesitan de empresas que continúen ofreciendo productos y servicios innovadores, así como modelos de negocio que consigan aumentar la competitividad de nuestros clientes sobre la base de criterios de servicio de alto nivel. La toma de consciencia del papel que juega la empresa en cada momento es una reflexión que debemos hacernos cada vez con más asiduidad. Realmente, pretendemos continuar siendo punteros en nuestra actividad, donde la capacidad de sorpresa ya no es una garantía y donde la velocidad de generación, desarrollo y caída de nuevos negocios aumenta de forma exponencial. Es por tanto imperativo, diseñar modelos y métodos de gestión que permitan analizar continuamente el “status quo” y tomar decisiones que mantengan la organización bien situada, en un teatro de operaciones cada vez más diverso y global.

Los retos que afrontamos en este 2017 planean psicológicamente sobre un concepto que, internamente, identificamos como “los 4 dígitos” en referencia al hito de los 1.000 hoteles. Terminar de desarrollar los planteamientos de “buena empresa”, sobre la base de la gestión de estrategia de competitividad, la garantía de la calidad, fiabilidad e innovación, son los grandes argumentos que los clientes esperan de una marca como Dingus. En ello trabajamos ya. ¡Feliz año!

 

 

 

 

 

   

 

 

 Jaume Monserrat, CEO de Dingus